julio 25, 2006


Vaya nuestro mas sentido homenaje a nuestra indiscutida líder, y que sirva su supremo sacrificio para que no nos desviemos de los principios justicialistas de solidaridad y lealtad

Hace 54 años moría Eva Perón

Cuando Eva Perón falleció a los 33 años, en la radio se anunció: "¡Nuestra líder espiritual ha muerto!". Paladín de los "descamisados" de Argentina casi superó en popularidad a su marido, el entonces presidente Juan Domingo Perón.
María Eva Perón es una figura descollante del peronismo. Sus días fueron una cadena de hechos sorprendentes, casi maravillosos. De origen humilde y provinciano, llega a la capital en plena adolescencia y triunfa: llega a ser una actriz de cierto nombre y a encabezar un programa radial muy escuchado. Después, conoce a Perón y a él liga su destino. Se convierte en el alma del movimiento peronista, en su esencia y en su voz. Y una muerte inesperada dibuja el último prodigio de su vida legendariaEva Duarte de Perón, “Evita”, nació el 7 de mayo de 1919 en Los Toldos (provincia de Buenos Aires). Evita, hija ilegítima de una cocinera, se convirtió en la amante del coronel Perón cuando era adolescente, siendo cantante y actriz radiofónica.
Cuando en 1945 detuvieron a Perón, la "señorita radio" movilizó a los sindicatos para que lo liberaran; una vez libre, se casó con él. Participó en ese año y el siguiente en la campaña presidencial de su marido, ganándose la adulación de las masas, a los que ella llamó "descamisados". Y cuando un año más tarde accedió a la presidencia, ella se convirtió en una poderosa líder a su lado. A pesar que nunca tuvo un puesto oficial en el gobierno, Evita actuó de facto como ministra de Salud y Trabajo, premiando generosamente a los trabajadores a través del aumento de sus salarios, quienes respondieron con el apoyo político a Perón. Luego de eliminar los subsidios a la tradicional Sociedad de Beneficencia, ganándose gran cantidad de enemigos en la elite tradicional, la reemplazó con la Fundación Eva Perón, la cual fue sostenida por uniones "voluntarios" y contribuciones más aportes de la Lotería nacional y otros fondos. Estos recursos fueron utilizados para establecer cientos de hospitales, escuelas, orfanatos, casas para personas de edad y otras instituciones de caridad.
Evita fue gran responsable del voto femenino y formó el Partido Feminista Peronista en 1949. También introdujo la compulsiva educación religiosa en todas las escuelas argentinas.

El fin y el duelo
El 18 de julio de 1952 ocurrió una señal de que su vida se estaba apagando. Entró en un aparente estado de coma. Ante tal situación, los médicos llamaron al padre Benítez, un equipo de resucitación y, otro, de oxigenoterapia. El 26 de julio comenzó normalmente, pero a las 10 Evita entró en un sopor del que ya no saldría. Esto instó a los médicos a realizar el primer comunicado. El último comunicado, a las 20, avisó que la salud de la enferma había empeorado. El lecho fue rodeado por todos sus hermanos y sus más allegados colaboradores. A las 20 y 23 el doctor Taquini miró a Perón diciendo: "No hay pulso". A las 21 y 36 el locutor J. Furnot leyó por la cadena de radiodifusión: "Cumple la Secretaría de Informaciones de la Presidencia de la Nación el penosísimo deber de informar al pueblo de la República que a las 20.25 horas ha fallecido la señora Eva Perón, Jefa Espiritual de la Nación. Los restos de la señora Eva Perón serán conducidos mañana, al Ministerio de Trabajo y Previsión, donde se instalará la capilla ardiente...".

La tristeza nacional
Un gran silencio comenzó a cancelar todas las actividades del país. Los transeúntes se marcharon a sus casas. Las radios irradiaron música sacra. Cines, teatros y confiterías cerraron sus puertas. Sus últimos deseos, expresados a Perón, habían sido que no quería que su cuerpo se consumiera bajo tierra y que quería ser embalsamada. Se llamó al doctor Pedro Ara para que hiciera este trabajo. La CGT decretó un duelo de 72 horas y en las plazas de todos los barrios porteños se erigieron pequeños altares con la imagen de Eva y un crespón negro recordándola. El día 27 su cuerpo se trasladó al Ministerio de Trabajo y Previsión. El multitudinario velatorio se prolongó hasta el 9 de agosto. La cola era de aproximadamente 35 cuadras. La Fundación repartía frazadas para afrontar las adversas condiciones que se presentaron durante el velatorio y hasta se instalaron puestos sanitarios para la atención de las personas que esperaban.
Llegado el 9 de agosto el cuerpo fue trasladado al Congreso nacional para rendirle los correspondientes honores. Al día siguiente, la mayor procesión nunca vista en Argentina hasta ese momento fue presenciada por 2 millones de personas, a lo largo de Rivadavia, Avenida de Mayo, Hipólito Yrigoyen y Paseo Colón. Estuvo precedida por 9 patrulleros de la Policía. Más de 15 mil soldados rindieron honores militares y la cureña fue arrastrada por 45 gremialistas y escoltada por cadetes de institutos militares, alumnos de la Ciudad Estudiantil, enfermeras y trabajadoras de la Fundación. A las 17 y 50, mientras la ciudad silenciosa era estremecida por una salva de 21 cañonazos y cornetas del ejército, seis empleados de una empresa fúnebre introdujeron el ataúd en el segundo piso de la CGT, donde el doctor Pedro Ara lo recibió para efectuar el embalsamamiento, que duraría hasta 1955.

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